domingo, 20 de enero de 2013

El Tiempo.

Acabo de descubrir lo que hubiera querido, hace 30 años atrás. Y a pesar de que es un secreto a voces, es fascínate experimentarlo. es fascinante ver que si funciona y es fascinante saber, que puede cambiar nuestras vidas y revertir la infelicidad en felicidad.

El tema es aparentemente sencillo y aparentemente complejo, pero en su esencia se resumen en que el tiempo no existe y no estoy loco, el tiempo es una unidad de medida inventada por el hombre, la que supuestamente como todas las constantes son estables e invariables. Pero todo es una ilusión, el tiempo no funciona de la manera que nos enseñaron, y la prueba está en como en diversos momentos del día o de nuestra vida, el tiempo se manifiesta de maneras sorprendente. Por ejemplo, quien no ha mirado su reloj y cuando voltea de nuevo ha pasado minutos u horas en un intervalo imperceptible. Y esto sucede cuando hacemos algo que nos gusta o fascina tanto que queremos que el tiempo se detenga, mas sin embargo avanza a pasos agigantados y termina con citas amorosas que quisiéramos que fueran interminables, o películas que nos absorben y nos transportan e inclusive en trabajos o investigaciones que podemos realizar como partes de nuestras vidas cotidiana. También a la luz de estos conocimientos podríamos ver en retrospectiva, que quisiéramos vivir momentos de nuestras vidas en donde pudiéramos detener el tiempo, porque fueron momentos de gran felicidad.

Uno de esos momentos seria poder estar en compañía de mis hijas y solo verlas o abrazarlas en momentos interminables, volver a ver los colores de mi tierra y que también fueran interminables.

Hemos estados rodeados de cosas tan bellas que nunca supimos apreciar y nuestro derrotero casi siempre fueron guías de terceras personas.

Todos debemos llevarnos por nuestro instinto, el escoger una profesión o el estudiar o no, pude marcar la diferencia de una vida placentera y generosa. Porque el problema estriba, en lo largo que puede convertirse un minuto, cuanto estamos frente un semáforo y el tiempo apremia, cuanto el tiempo se nos antoja que no avanza cuando estamos a la espera o tenemos dolores o sufrimientos, entonces ocurre todo lo contrario. Y es que precisamente el desarrollo de nuestra civilización quiere exigirle mas y mas al tiempo, donde todo gira a una hora determinada, es algo calamitoso.

El sufrimiento es la contraparte y hay que espantarlo con todo aquello que sea preciso. Así las cosas también podemos ser dueños de que nuestras vidas sean mas gratas, simplemente haciendo los que nos gusta y no los que otros quieran que hagamos.

Y entonces también las apreciaciones cambian y la vida dura de trabajo de un campesino puede tornarse quizás en una de las mas felices, porque se levanta en la mañana por propia voluntad, por las tareas del día a día, y donde disfruta de la naturaleza, de sus sembradíos y de sus animales. Un científico haciendo algo que lo fascine puede experimentar mucha dicha y el tiempo no existe. Y no hablo de la relatividad del tiempo que es otra cosa y que también es verdad, pero con otras variables, que no se pueden aplicar en la vida terrenal.

Por ejemplo hoy para mi el día se convirtió en varias jornadas, cuando me llegó una embarazada que era Cesárea anterior y que solo dependíamos de que nos enviaran un avión para su traslado, avión que estuvimos esperando desde las 9.00 am  y llego de a vaina a las 2.00 pm, dizque por el mal tiempo, pero el problema que cuando esta en juego una o dos vidas todo lo demás es irrelevante.

Ahora al final del camino o cuesta abajo en la rodada, me doy cuenta de tantas cosas que me hubieran ayudado mucho a ser feliz, me doy cuenta que para esto, no importa vivir en Cuba bajo un sistema tiránico, pues uno debe crear las condiciones  en un medio ATPN. ,Cosas tan sencillas como mis perros Bolo y Sisi llenaban un gran vacío y así miles de ejemplos.

Los maestros, los sabios y los profetas siempre han coincidido que la riqueza no es sinónimo de felicidad y que mientras menos tengamos menos también tenemos cosas que perder. Hoy día somos esclavos de los Bancos por tener determinados bienes materiales y están como presas al asecho, para que uno falle en sus pago, para crearte un cuentón de intereses que nunca podrás pagar, a menos que ocurra un milagro. El miedo se adueña de nuestras vidas, tememos cuando sacamos dinero de un cajero, cuando hacemos una transacción por internet y que nos jaqueen nuestros datos, que nos roben mientras caminamos y un sinfín de cosas.

Arriba de esto, cargamos o alimentamos de nuestro salario a las aseguradoras, los impuestos, las cuotas de jubilación que muy pocas personas pueden disfrutar por muchos años y cargamos los derroches de las clases políticas desde el paleolítico. Dejamos de hacer en cada momento lo que nuestros cuerpos pedían  y cuando llega ese momento tan esperado ya ni podemos ni disfrutamos lo que apetecíamos. Y pongo un ejemplo, los niños por lo general disfrutan correr en espacios abiertos pero muy pocos tienen esas condiciones, y al final esas ganas se van perdiendo. Muchas veces de joven de repente quería correr por una acera, pero el temor de que lo tildaran de loco nos aguantaba, ya hoy en día aunque queramos no podemos hacerlo, es un pase de factura debido a la ley del menor esfuerzo.

Nuestro cuerpo es el reflejo de nuestras almas y en el transito de la vejez podemos ver estas características como el rostro del Papa Juan Pablo que irradiaba paz y armonía o el del anciano líder Fidel Castro que está terriblemente desfigurado por la distorsión maléfica de sus pensamientos.

Por desgracia hasta donde sabemos la vida es una sola y se nos va en el aprendizaje pues tener este caudal de conocimientos en nuestras juventudes seria como navegar permanentemente a favor de la corriente o hacia donde sopla el viento, no gastaríamos apenas energías y todo se adicionaría por añadidura.

Por ende el mensaje final es saber manejar nuestro tiempo, de forma que nuestros días pasen raudos y veloces a sabiendas que siempre hicimos lo que cada momento requirió, donde nuestras metas estén enfocadas a las verdaderas prioridades y gustos de nuestras vidas.

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