Usualmente usamos este termino, nuestro cuerpo, es decir que nos pertenece, cuando en realidad debíamos decir que somos quienes les pertenecemos a nuestro cuerpo.
Pareciera difícil de entender pero en realidad, nosotros (nuestra conciencia) no escogimos nuestro cuerpo, bien pudiéramos haber nacido en uno de China, India, África o lo que se nos ocurra. No tenemos ningún poder para decidir, nacemos en un cuerpo que nos fue entregado por mecanismos que desconocemos. Tampoco tenemos decisión sobre que padres o familiares queremos, sobre la fecha de nuestro nacimiento y solamente con el transcurso de los años vamos entendiendo algo de nuestro entorno.
A tal grado llega la dependencia que nos une, que prácticamente poco hacemos para su bienestar, pues funciones vitales como la de la alimentación o la sed, vienen programadas de forma tal que nos vemos obligados a realizarla en el 99 % de los casos.
Nuestro cuerpo se cuida solo, hagamos o no hagamos, un sofisticado funcionamiento ocurre en nuestro interior de lo cual conocemos muy poco. Pudiera decirse que una gran inteligencia programo todo, para que pudiéramos llevarlo adelante hasta el fin de nuestras vidas.
Si así infinito se dice que es el Universo, así de infinito es nuestro cuerpo, donde existen órganos, tejidos, células, genes, proteínas, Átomos y al final , de nuevo la física cuántica, por poner un limite.
Las batallas diarias contra agentes invasores como bacterias, virus, vermes y todo lo que resulte nocivo ocurre las 24 horas del día, los 365 días y todos los años que nuestro corazón se mantenga latiendo, de una forma sorprendente y maravillosa, nos mantenemos vivos a pesar de que no cooperamos, en lo poco que podemos, que seria una alimentación sana, dormir las horas establecidas y evitar los tóxicos como el alcohol, las drogas y el cigarro, por citar algunos.
Puede que estemos muy relax, contemplando un paradisiaco paisaje y en nuestro interior se este librando una cruel batalla de nuestros sistemas defensivos en contra de invasores que buscan la destrucción total y la anarquía. Nuestra especie se siente todopoderosa, cuando ni siquiera podemos participar en el complejo proceso de la vida, así somos, así es nuestro ego y muchos se pasean como pavos enseñando sus bellas plumas. Cuando de repente surge esa enfermedad, que no entendemos, en cualquier momento poniendo fin a cualquier cantidad de planes, proyecto o metas que constantemente toman forma en nuestro pensamiento.
Nuestro Universo fluye en todas direcciones, dimensiones, así como al exterior, al interior y donde pasado y futuro es la misma cosa.
Pero la pregunta ha sido , es y al parecer, seguirá siendo la misma, el porque?, el como? y el cuando? de nuestra misión, del objetivo que estamos cumpliendo y sobre todo de que forma seremos capaces de llevarla a cabo de forma satisfactoria.
El vacío que existe entre la vida y la muerte no ha podido ser sondeado ni por los mas sofisticados instrumentos de nuestras ciencias y tecnologías. Todo queda al final en el campo de la especulación o del pensamiento abstracto. No queda de otra que montarse en nuestros barcos y navegar nuestro camino de la mejor forma posible, donde quizás al final, estarán todas las respuestas . Meditemos.
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