Pero el ojo clínico tiene un gran costo, tienen que pasar muchos años para que esté en sus mejores momentos, mientras que el portador está en sus peores, es decir transitando raudo y veloz hacia el final de su vida. Sin dudas y sin temor a equivocarme, optaría por la opción de no tener ojo clínico y si tener juventud, pero en esta vida la experiencia y la juventud son campos magnéticos de polos iguales que se repelen con gran fuerza.
Es algo que forma parte de nuestra existencia, como que la mayoría de los embarazos ocurren en edades muy tempranas de la mujer, donde lo que predomina son las hormonas sobre la sabiduría, quizás otro ardid de la naturaleza para perpetuar a las especies. Cuerpo de mujer y mente de niña, relación funesta que aumenta en la medida que desarrollan a edades mas precoces.
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