Lo que he aprendido en todos estos años, es que los hijos no hacen caso absolutamente de ninguno de los consejos que le damos a diario. Es como si existiera un inmenso abismo para la comprensión. Creo que esto ocurre en mas del 90 %, que horror, tan fácil que es aprender poniendo en practica la experiencia de los padres, a aprender dando cabezazos.
Yo creo que le pasa a todo el Mundo, quizás forme parte del Karma, si le hiciéramos caso a nuestros padres la vida seria el paraíso. (estoy hablando de padres¡¡¡¡), porque si que los hay buenos para nada.
Recuerdo un anécdota, allá en Cuba, hace un montón de años durante un viaje en el que llevaba a mi hija mayor hacia la escuela de arte y el viaje duraba como hora y media. Fue entonces que aproveche y comencé con la lírica y claro concentrado en la carretera, y cuando miro para al lado, la niña se había dormido y no era tan niña. Pero ahora que tengo mas experiencias, la nueva prole, me hacen caso peor, repito las cosas, y claro no me dicen nada, pero les entra por un oído y les sale por el otro, y todo lo que logro es condicionado por la zanahoria o por los castigos.
En realidad creo que me he dado por vencido, no hay modo, a esas edades y lo dicen los psicólogos que los ejemplos a seguir son los lideres de sus grupos, con edades similares, si fuman, deben fumar, si toman bebidas alcohólicas deben hacerlo y así sucesivamente.
Mi padre me dijo que no estudiara medicina, ni caso le hice, menos que el también era medico. Supo vivir en Cuba sin mayores complicaciones a pesar de perder todo lo que le tocaba de herencia familiar. Fue una persona muy humilde y sencilla. Que Dios lo tenga en la Gloria, me di cuenta muy tarde de lo que el representaba en mi vida. El vacío que me dejó nunca ha podido ser llenado. Quisiera haberlo tenido mucho mas tiempo, para contarle tantas cosas, que en verdad no tengo a quien decirle.
Y lo peor no es esto, si no que cuando uno dio y da la vida por ellos old time, cuando somos un estorbo, nos soplan para un asilo, o le pagan a alguien para que nos cuiden. No saben que para un anciano la mayor alegría basta con ver diariamente a su familia y estar en su hogar, que con tanto esfuerzo lo alcanzó, asi como el derecho de morir dignamente en su casa, en su cama, rodeado de sus familiares y no en un hospital, en un clima hostil, al cuidado de enfermeras que poco le importan, recibiendo pinchazos y viendo morir o quejarse a personas al su alrededor.
Felices los que podamos morir rápidamente, es lo mejor que le deseo a cualquiera. Oremos.
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