miércoles, 2 de septiembre de 2015

Qué es el trastorno por déficit de atención e hiperactividad?

El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH, o ADHD por sus siglas en inglés) es una enfermedad que impide que un niño controle su nivel de actividad y sus reacciones frente a lo que sucede a su alrededor. A un niño con TDAH se le dificulta concentrarse o quedarse quieto.
Este síndrome se manifiesta en la infancia y, por lo general, se prolonga hasta la adolescencia y la edad adulta.
La mayoría de los especialistas afirman que es muy difícil diagnosticar el TDAH en niños menores de 5 años. Esto es porque algunos de los síntomas (como la agitación y la necesidad de movimiento) son difíciles de diferenciar del comportamiento típico de los niños pequeños, que por lo general tienen mucha energía. Además, los niños a esta edad se desarrollan rápidamente, lo cual también dificulta el diagnóstico.
Sin embargo, es importante que tengas en cuenta que los síntomas del TDAH se presentan a una edad temprana, así que puedes comenzar a notarlos cuando tu niño es todavía muy pequeño.

¿Cuáles son los síntomas?

Pueden variar de un niño a otro. Los especialistas han identificado tres tipos principales de TDAH: TDAH inatento (es decir, trastorno de déficit de atención, anteriormente conocido como TDA o ADD por sus siglas en inglés); TDAH hiperactivo-impulsivo; y TDAH mixto, en el cual el niño tiene ambos síntomas de falta de atención e hiperactividad. Para diagnosticar el TDAH, el doctor de tu niño hará una evaluación, que se enfocará en su comportamiento. Examinará ciertas conductas, las cuales deben presentarse en más de un contexto, y durante un periodo de más de seis meses. Tales comportamientos deben afectar de manera negativa la vida del niño, tanto en el hogar como en la escuela y en su entorno social.
Signos de falta de atención:
  • Fantasea y le cuesta mucho prestar atención.
  • Le cuesta mucho escuchar lo que le dicen.
  • Se distrae fácilmente de sus tareas y del juego.
  • Le cuesta seguir instrucciones.
  • Es desorganizado.
  • Pierde cosas importantes.
  • Se olvida de las cosas.
  • No quiere hacer actividades que exijan mucho esfuerzo mental.

Signos de hiperactividad:
  • Generalmente está inquieto o se contorsiona, parece estar en constante movimiento.
  • Habla mucho.
  • Le cuesta participar en actividades tranquilas.
  • A menudo corre de un lado a otro y se trepa en lugares inapropiados.

Signos de impulsividad:
  • Contesta antes de que terminen de hacerle una pregunta.
  • No tiene paciencia.
  • Tiene dificultad para esperar su turno o quedarse quieto en una una fila.
  • Actúa y habla sin pensar.
  • Se lanza a cruzar la calle sin mirar.
  • Interrumpe a otros.

Es probable que algunas de estas conductas te parezcan conocidas. Prácticamente todos los niños se emocionan demasiado o se alteran de vez en cuando. Pero si crees que a tu pequeño le sucede esto más que a otros niños de su edad y estás preocupada, consulta con su doctor.

¿Podrían otros factores causar este comportamiento?

Sí. Un problema de audición o visión o un retraso en el aprendizaje podrían afectar la capacidad de concentración de tu niño. También puede manifestar algunos de estos comportamientos si atraviesa por una situación difícil como el fallecimiento de un ser querido o un divorcio en la familia. O quizá necesite hacer más actividad física para canalizar sus energías. Si estás preocupada, consulta con su pediatra. Su doctor te puede sugerir que lo observes por un tiempo, ya que aún es muy pequeño para hacerle un diagnóstico. O bien, es posible que considere que debe evaluarlo de inmediato.

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