La vejez no duele.

La vejez en un proceso que en algún momento de la vida percibimos que ha llegado, ya no podemos hacer las mismas cosas que en nuestra juventud, pero a pesar de todo si me propusieran volver a ser joven no lo aceptaría, porque seria tener que pasar de nuevo por muchas cosas desagradables. Poco a poco nos adaptamos a ella, pero lo mejor de todo significa que estamos llegando al momento de la transición, donde dejaremos nuestro cuerpo físico para entrar en lo desconocido.

Mis primeras hijas las tuve muy joven, por ello también me toca presenciar sus envejecimientos, criaturas  que nacieron y crecieron perfectas, espléndidamente bellas y que el paso del tiempo comienza a reflejarse en sus caras. Eso si que me duele, quisiera verlas siempre como las deje cuando salí de Cuba pero nadie puede contras las leyes de la naturaleza.

La vejez es un desafío, significa mantenernos útiles por el mayor tiempo posible sin llegar a ser cargas para ningún familiar. Por ello me mantengo trabajando el lugares donde un simple infarto puede llevarte a la muerte por falta de recursos.

Definitivamente esa es la etapa y no le tengo miedo, me he preparado por muchos años para este momento y permanezco ligero de equipaje.

Y Uds. están preparados?

Mi hijas son sorprendentemente bellas, viven en algún lugar del Mundo y se parecen mucho a su Madre que también ha sido maltratada por los años. Pero ahí vienen la nueva generación, la bella y talentosa Nicole, la inspiración para mi clínica y que ya es toda una artista,  a un lado de Alex y en la izquierda Marquitos, todos criados con los principios éticos y morales con los que viví y que ellas continúan la tradición con sus hijos.

Ahora mismo estoy trabajando, cosas tan sencillas como subirse o bajarse de un bote, ya me es un problema, pero doy gracias por poder ser útil a todas mis familias. Ellos son mi fortuna, lo demás no importa. Tengo una bella historia que contar de mi vida, donde sin bienes materiales, sobran los espirituales. Nadie podrá tapar el sol con un dedo. Amén.