Frecuentemente salta la pregunta del porque tanta criminalidad y delincuencia pensando que no tenemos nada que ver, cuando en realidad, mucho tenemos que ver.
Trabajando en un programa de Salud Escolar nos damos cuenta de lo alarmante por la situación de los hogares y estabilidad familiar.
Resulta ser que son muy poco los escolares que conviven con su madre y padre en armonía, que quizás sea un 25 %, mayoría viven con abuelos, tíos o padrastros ó Madrastras.
Otro índice desfavorable es ver como la población escolar desciende directamente proporcional al grado correspondiente, reflejando la deserción escolar o fracasos en mas de una ocasión.
Otro dato de interés es como predomina el sexo femenino al masculino llegando al limite en las Universidades.
Pero también nos damos cuentas que hay muchos diamantes que pulir, y mucho de esos niños tienen grandes potencialidades que resaltarían en un entorno adecuado.
Ese es parte del problema, y es social, nadie nace delincuente a muy contadas ocasiones, pero mientras primen nuestros intereses, a los de nuestros hijos, no podremos nunca ver el cambio que aspiramos en nuestra América Latina, que es uno de los lugares mas afectados.
José Martí dijo, los niños son la esperanza del Mundo, por lo que se puede desvanecer si no miramos en el rumbo correcto.
Pero la pobreza también es un flagelo y sigue aumentando la brecha entre ricos y pobres.
Oremos.
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